La vida en formato vertical y horizontal. Hoy nos resulta una obviedad, pero en los primeros años la fotografía permitía solamente un encuadre y no era posible elegir entre una toma vertical y otra horizontal. A partir de la década del veinte aparecieron los primeros diseños de máquinas que lo permitían y se abrió así la puerta para que los fotógrafos pudieran tomar panorámicas de paisajes y retratar grupos amplios.
Para 1950 estas cajitas oscuras, que tenían dos visores que hacían posible el encuadre vertical o el horizontal, se habían popularizado tanto que ya no fue posible concebir el mundo sin esta opción.